La certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) se desarrolla para acreditar el uso de diferentes estrategias que certifican que los edificios son sostenibles.
Los créditos se clasifican en siete familias y cada una reúne créditos relacionados con su categoría.
Ubicación y transporte. Incentiva el uso de transportes alternativos.
Sitios Sustentables. Reduce el impacto de los agentes transgresores al entorno exterior.
Eficiencia del agua. Genera ahorros significativos en el uso de agua tanto en interiores como exteriores.
Energía y atmósfera. Procura el uso inteligente, la eficiencia y fuentes de generación estratégicas de la energía.
Materiales y recursos. Prioriza tanto el origen como el uso de los materiales, así como el reciclaje en todo el proceso constructivo.
Calidad de ambiente interior. Impacta en la salud y en el bienestar de los ocupantes del inmueble.
Innovación. Genera un compromiso constante de mejora de todas las áreas presentadas.
Prioridad regional. Da soporte a reducciones importantes de la huella de carbono.